¿Qué es la Universidad Maimónides?

El 20 de junio de 1990 la Fundación Científica Felipe Fiorellino fundó la Universidad Maimónides. Su Misión es la de formar profesionales con pensamiento crítico y creativo, para responder a los avances, desafíos y exigencias de la sociedad. Se fundamenta en tres pilares: la Educación, la Investigación Científica y Tecnológica y las Acciones con la Comunidad. La universidad dicta 27 carreras de grado, 26 posgrados y cuenta con cuatro centros de investigación con más de 60 investigadores.

Entrevistamos a Carlos Oscar Lepez, director de la carrera de Enfermería Profesional, de la cual egresan cien enfermeros por año.

¿Por qué decidiste estudiar enfermería?

En el último año de secundario, una docente que dictaba la materia de Metodología de Investigación y Acción propuso armar un espacio de orientación vocacional para los estudiantes que estábamos por terminar el colegio. Pasaron profesores, abogados, economistas y profesionales de todas las disciplinas. También nos visitó una enfermera que trabajaba en el Instituto de Quemados de la Ciudad de Buenos Aires.  Ella bajó del escenario y se puso a caminar entre todos estos jóvenes que estaban aspirando a ingresar a alguna carrera. Tal fue el impacto de su presentación que de los 750 alumnos presentes, más de 300 decidieron estudiar enfermería.

Esa enfermera tuvo una gran importancia en mi vida porque fue la enfermera que me salvó la vida cuando tuve un accidente por quemaduras graves a partir de una explosión a mis ocho años. Esa enfermera, que se llama María, nos cuidó a mi mamá y a mí y me salvó las manos junto a su marido, médico dermatólogo.

Ellos nos dieron la posibilidad de cuidado y atención cuando nosotros no contábamos con los recursos suficientes. El día de la charla en la escuela la reconocí y cuando terminó su presentación le dije «María, te quiero agradecer. Yo voy a estudiar para ser como usted, que me salvó la vida». Ella se quedó mirándome hasta que me dijo «Carlitos, si me acuerdo de vos».

Esto me hace pensar que una experiencia de salud no siempre es negativa: permitió que me desarrolle en un ámbito profesional. Uno va descubriendo el ser, el hacer y la razón de ser de la profesión de enfermería, en sus distintas prácticas, prestaciones y formas de vinculación con las personas que atendemos en términos de una relación terapéutica, en términos de la escucha activa, de respuestas que sean preventivas, de promover el bienestar y la calidad de vida, y descubrir un mundo donde le aportas mucho a la sociedad.

¿Qué características tiene que tener una persona para dedicarse a la enfermería?

La persona que elija dedicarse a la enfermería debe tener valores en torno a la solidaridad, empatía, respeto y dignidad humana. Esto es esencial para poder pensarse como profesional de la enfermería y de cualquier otra profesión porque son valores naturales. Hay que tener conocimiento científico pero también la capacidad humana de poder ponerse en el lugar del otro, poder escuchar y dar respuesta en la medida en que la respuesta sea efectiva en ese momento.

Trato de inculcar, ahora desde mi lugar de docente, a mis alumnos aquello que decía la enfermera británica Margaret Cooper, sobre que la enfermería es «conocimiento, habilidades, pero también actitud». Y yo agrego que es una actitud de cuidar la vida humana, de atender al prójimo, de reconocer en otro un sujeto que termine acercándote a la ayuda activa, colaborativa, genuina, espontánea, pero que también esté mediada por el conocimiento científico. 

También es importante que la persona asuma la responsabilidad de pensar las exigencias que el ser enfermero va a suponer, exigencias formativas se relacionan con entender herramientas informáticas, idiomáticas y culturales para adaptarse a distintas formas de vida, como por ejemplo, a los pueblos originarios. Hay que destacar el contexto cultural, tenemos que tener muchas habilidades y la seguridad de que uno quiere esa carrera. Identificarse con la enfermería es muy importante porque el sentido de pertenencia y la identidad profesional es lo que va a hacer la diferencia para poder desarrollarse en la vida profesional.

¿Cómo trasmitis tu conocimiento desde la profesión hacia la docencia?

La organización de las tareas que uno tiene asumidas en distintos ámbitos del desarrollo profesional es una gran responsabilidad (particularmente con el dictado de la asignatura Enfermería en salud pública en la Carrera de Gerontología). Es importante tener claros los programas y, a partir de ellos, ordenar la información que sea útil para la formación profesional.

La docencia representa un espacio de visibilización y democratización para que el conocimiento llegue a más partes. Pero difundir el conocimiento no es sólo algo de la práctica docente: es importante que el conocimiento tenga reproducibilidad en el entorno social, que tenga un impacto, que a través de herramientas del conocimiento científico se puedan planificar estrategias, planes, programas y proyectos que puedan reproducirse a nivel comunitario. Ése es uno de los desafíos que tengo todos los años: el diseño de propuestas didácticas que tengan un sentido práctico de aplicación viable y crítico, que le permita al estudiante razonar, comprender, pensar y diseñar propuestas en el ámbito donde están. Como, por ejemplo, en la Carrera de Bioimágenes de la Universidad de Buenos Aires (donde participo como docente), en donde un grupo de estudiantes analizó una comunidad de Santiago del Estero. A partir de eso, pensaron estrategias y pudieron elevar ese informe a los agentes de la ciudad que eligieron. 

Lo importante es que de esa manera dejan un legado, aportaron algo a un espacio, lo cual permite una contribución efectiva y real a la sociedad. Ya sea si uno estudia enfermería, kinesiología, fonoaudiología o cualquier otro tipo de carrera, es importante hacer esa transferencia social a través del conocimiento, democratizarlo e impulsarlo. 

Emancipar el conocimiento es una responsabilidad de los docentes y de los estudiantes que deciden ser parte de un recorrido formativo en las unidades de formación superior. 

¿Cuál es el perfil de enfermero al que apunta la Universidad Maimónides?

Formamos enfermeros que tengan capacidad de atención humana (sensibilidad y calidez en el trato humano) y formación científica sólida apuntando a la calidad y seguridad del agente de atención, acorde a las circunstancias del avance científico de nuestra sociedad.

¿Dónde se realizan las prácticas?

Las prácticas se realizan en hospitales, centros de atención primaria, sanatorios, clínicas y organizaciones de la comunidad. Hay distintos niveles de complejidad de las materias: lo que tiene que ver con lo comunitario, con los cuidados críticos, con la parte de emergencias, con la parte quirúrgica, así como también el área social.

¿Cuáles son las modalidades de cursada?

Tenemos dos modalidades: días de semana y fines de semana (que es intensiva). Esta última propuesta está pensada para que las personas que trabajan elijan la Universidad Maimónides por una oferta académica adaptada a estas circunstancias. 

Actualmente hay mucha necesidad de formación, pero a veces es difícil coordinar con las responsabilidades con que se cargan. Estudiar es importante porque tiene que ver con el desarrollo humano: la capacitación y formación continua son necesarias, por eso pensamos en este esquema para que sea funcional a quienes tengan interés en esta oferta.

¿Qué responden los alumnos cuando se les pregunta por qué eligieron estudiar enfermermería?

Algunos dicen que la eligieron porque tuvieron experiencias de salud donde conocieron a enfermeros que los motivaron; otros por el déficit que hay a nivel nacional e internacional; otros porque ven en ese déficit la posibilidad de una rápida inserción laboral (yo, en tanto, prefiero no dar ese mensaje, porque hubo una etapa de difícil acceso al sistema de salud aún teniendo título y matrícula); y luego están quienes vienen de una generación de enfermeros y elijen seguir esa senda.

¿Cuál es el valor agregado que otorga estudiar Enfermería en la Universidad Maimónides?

El diferencial tiene que ver, por un lado, con el acervo histórico: el llevar el nombre de un médico resalta una identidad institucional fundamental. Por otro lado, destaco el espacio de formación en valores humanos que tiene que ver con la sensibilidad y el trato digno.

¿Quién fue Maimónides?

La Universidad rinde homenaje en su nombre al gran médico y filósofo Maimónides (1135-1204), de quien toma su visión sobre el conocimiento, la ética y la vida en sí misma.

Los distintos nombres por los que se lo conoce, revelan que logró plasmar la idea de la convivencia pacífica entre quienes no tienen los mismos pensamientos o creencias: Rabi Moshé Ben Maimón o Rambam, el nombre que le dio el pueblo judío; Ibn Maymun, el nombre con el que se lo conoce en el mundo islámico; y Maimónides, la forma griega y occidental que tomó su nombre a lo largo de los siglos hasta nuestros días.

Estas tres denominaciones sobre la misma persona, simbolizan la posibilidad de que culturas diversas puedan convivir respetuosa y pacíficamente.

¿La pandemia aumentó el interés en estudiar enfermería?

La pandemia provocó graves consecuencias en la comunidad en términos de pérdidas humanas, materiales y generó una crisis profunda como sociedad. Desde mi experiencia considero que la pandemia demostró la necesidad de tener más enfermeros dentro del sistema en la formación educativa, ya que hubo un aumento de personas interesadas en la carrera. 

¿Cuáles son los desafíos de trabajar como enfermero? 

Un gran desafío para la enfermería es consolidarla como parte de una política pública, que si bien está en el discurso político de los gobiernos de turno, en términos de práctica o acción para la intervención específica pueden encontrarse algunas limitaciones.  

Valoro los esfuerzos de los ejercicios que se fueron haciendo, pero como práctica, falta reconocimiento de profesionales en los distintos ámbitos de desarrollo, reconocimiento de por su titulación, formación, trayectoria, experiencia, parámetros que ponderan y valoren ese profesional como tal. Esto es fundamental y no solo escala salarial, pienso que es un gran desafío visibilizar a la enfermería dentro de las políticas gubernamentales.

Los enfermeros somos parte de un sistema sociocultural, estamos para dar respuesta a las necesidades humanas y tenemos un método científico propio que es el proceso de enfermería, que está diseñado y pensado desde el punto de vista metódico. Tenemos una instancia de valoración de la situaciones, una determinación con diagnóstico de enfermería propios ya establecidos por sociedades científicas que definen y analizan formas de pensar los diagnósticos y todas aquellas cuestiones relacionadas a situaciones contextuales. 

En ese sentido, planificamos objetivos de internación, generamos la ejecución de esas intervenciones y, por supuesto, tenemos que tener claridad y fundamentación científica de nuestras intervenciones. Por lo tanto, es importante medir los resultados esperados en cada planificación para dar cuenta de los resultados para tener una visión clara y un indicador concreto para saber qué logramos o que tenemos que mejorar, fortalecer o revitalizar dentro de un sistema.

La formación continua es una necesidad imperiosa y una condición ética profesional. Es muy importante actualizarse y estar a la altura de lo que la sociedad exige hoy en día. 

¿Qué distingue a la enfermería latinoamericana?

La distinción está en las necesidades humanas de las población que asistimos, y en cuáles respuestas damos en los distintos ámbitos. 

En Europa siempre hay un crecimiento de la tasa de longevidad y hay una fuerte formación hacia ese ámbito. La formación es muy calificada y valiosa. Tomamos como referencia artículos, publicaciones, producciones de otros países y las guías de recomendación de buena práctica clínica.

En América Latina se está dando un movimiento de desarrollo profesional en la enfermería donde egresados ya insertos en el ámbito profesional pensamos y repensamos nuestra práctica avanzada. A partir de eso, configuramos nuevas propuestas y proyectos. Creo que estamos en un camino de desafío de encontrar elementos que nos permitan desarrollar nuestra práctica profesional con elementos propios que distinguen lo que es nuestra estructura y nuestro acervo sociocultural.

Es muy recomendable tener experiencias profesionales en distintos lugares del continente. Tuve la suerte de participar en una rotación en Ecuador, Costa Rica y Chile y noté una calidez humana impresionante en esos países. Es importante conocer lo que pasa en otros lugares y aprender nuevas dinámicas de trabajo. Entendiendo que la práctica de enfermería está basada en la evidencia, mis colegas resaltaron la idea de la fundamentación crítica de nuestras acciones, que no sean solo la ejecución de una tarea, sino que nuestra gestión del cuidado y actividades esté argumentada, que tenga plazos, objetivos e indicadores para medir resultados.

En Argentina estamos en un buen camino pero tenemos que seguir fortaleciendo, potenciando y motivando a los estudiantes. Creo fuertemente en el concepto de semilleros,  en lo que es fecundar proyectos para potenciar la investigación y la docencia. y fortalecer el espíritu crítico de un profesional que razona, que piensa lo que tiene frente como fenómeno, que determina intervenciones con claridad y precisión o que, al menos, puede consultar a los expertos que van a ayudar a dar respuesta respuestas.

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