Esta guía sirve tanto para enfermeros como para cuidadores particulares. Lo clave es observar, registrar y actuar con respeto y paciencia, manteniendo siempre la dignidad y la independencia del adulto mayor.
El énfasis en los cuidados de enfermería es crucial
En adultos mayores con enfermedades crónicas o cambios propios de la edad, los cuidados de enfermería y la atención diaria son fundamentales.
- Recolectá información más allá de lo biomédico: observá la movilidad, el ánimo, las rutinas y necesidades emocionales.
- Recordá que la persona es cuerpo, mente y espíritu: la mirada debe ser integral.
- Adaptá la atención a la vida cotidiana: respetá costumbres previas y ayudá a que las conserve.
El riesgo de perder la identidad siendo paciente mayor
- Ser paciente puede llevar a una pérdida de identidad y de autoestima.
- Es clave reforzar la autonomía en pequeñas decisiones (ropa, horarios, actividades).
- Evitá infantilizar: tratá al adulto mayor como un adulto capaz, aunque necesite ayuda.
Relaciones interpersonales son la base del trabajo
La primera intervención es establecer una relación de ayuda.
- La enfermería y el cuidado se basan en el vínculo humano.
- Mostrá aceptación, solidaridad y empatía.
- Cada gesto o palabra influye en la relación: cuidá el tono y la paciencia.
Saludo inicial puede ser crucial
- Presentate con tu nombre y rol.
- Sonreí y transmití tranquilidad.
- Dedicá tiempo suficiente: la prisa genera desconfianza.
- Explicá el objetivo del encuentro con claridad.
Entender cómo influye el hecho de ser un adulto mayor
- La presión social por productividad puede generar desvalorización y aumentar la vulnerabilidad.
- El aspecto afectivo se ve afectado por: soledad, duelos, alejamiento de seres queridos, jubilación, pérdida de roles y status.
- Reconocé estas pérdidas y ajustá tu cuidado con sensibilidad.
- Recordá: las enfermedades crónicas potencian la depresión y reducen la interacción social.
Formas para promover el bienestar
- Escuchar, hablar y compartir sentimientos.
- Asegurar privacidad en todo momento.
- Tratar con respeto y evitar un trato infantilizado.
- Motivar el ejercicio y movimiento diario.
- Mantener abiertos los canales de comunicación.
- No generar falsas expectativas de tratamiento.
Establecer una relación de confianza
- Creá un ambiente de privacidad.
- Identificate claramente.
- Explicá los objetivos del encuentro.
- Ofrecé el tiempo necesario para la entrevista.
Cómo formular las preguntas
- Identificá primero el problema o situación.
- Usá términos simples y claros.
- Evitá preguntas íntimas o incómodas al inicio.
- Postergá preguntas que generen malestar.
- Si es posible, usá cuestionarios para no olvidar datos importantes.
Cómo escuchar
- Practicá escucha activa.
- Permití que la persona termine sus frases.
- Dales tiempo para responder.
- Concentrate en lo que dicen, sin interrumpir.
- Respondé de forma clara y breve.
Valoración o examen físico
- Hacé un examen completo y sistemático.
- Anotá las observaciones, no confíes en la memoria.
- Ordená la información recogida para facilitar el seguimiento.

Problemas más comunes en personas mayores
Los más habituales:
- Alteración intelectual.
- Inmovilidad o inestabilidad.
- Incontinencia.
- Insomnio.
- Disminución de la libido.
- Alteraciones visuales o auditivas.
- Aislamiento.
- Depresión.
- Malnutrición.
- Déficit inmunológico.
👉 Consejo: Evitá hacer todo por ellos. Estimular la autonomía es mejor que reemplazar acciones.
Cuidado de la piel
- Es el órgano más vulnerable y requiere vigilancia constante.
- Lesiones frecuentes: prurito, eritema por corticoides, nódulos, ampollas, tumores.
- Recomendaciones:
- Baños cortos, con agua tibia y jabón neutro.
- Evitar jabones agresivos, fricciones fuertes y colonias.
- Hidratar la piel frecuentemente.
- Realizar examen periódico para detectar lesiones tempranas.
Guía para el examen físico
Observá siempre:
- Marcha y postura (diferenciar cambios normales del envejecimiento de enfermedades).
- Tensión arterial y variaciones al pararse.
- Pulso y ritmo cardíaco.
- Estado de higiene personal.
- Estado de ánimo y presencia de depresión.
- Dentadura, úlceras o lesiones en mucosas.
- Lentitud al hablar o pensar (distinguir de Parkinson o depresión).
Precaución si hay cambios bruscos
Atención inmediata si aparecen:
- Respiración rápida.
- Pérdida de peso mayor al 10% en 3 meses.
- Edemas o ascitis.
- Lesiones en piel, lengua o mucosa oral.
basado en parte en el articulo Principios de Enfermeria de Dr. Hugo Vivante