La soledad en la gente mayor de 50 años aumenta el riesgo de alta presión sanguínea, según un nuevo estudio que hace hincapié en las ventajas para la salud de tener familiares y amigos.
Se pueden atribuir muchas razones por las que una persona adulta mayor pueda sentirse sola, una de ellas es cuando lo hijos se van del hogar para conformar nuevas familias y las visitas se vuelven esporádicas; otra es por viudez, ante la partida de la pareja de toda la vida; y otra, más lamentable, todavía, es por abandono de la propia familia.
En un contexto de soledad, la persona se vuelve vulnerable e indefensa para afrontar las necesidades básicas de dependencia, intimidad y relación con otros. Este estado emocional puede afectar su autoestima, al extremo de abandonarse a sí mismo física y socialmente, y perder toda motivación ante la vida.
Con la llegada de la jubilación, la persona adulta mayor puede pensar que con ello ya no va a ser útil para determinadas actividades productivas. La separación del vínculo laboral y de los compañeros de trabajo le pueden permitir, sin embargo, nuevas oportunidades. Le harán replantearse nuevas estrategias de convivencia. Además, dispondrá de más tiempo para estar con los nietos o dedicarse a aquellas actividades tantas veces postergadas.
Con el paso de los años también se agudizan las dolencias físicas, el cuerpo ya no es el de antes y requiere de más atenciones, la salud se deteriora. Es así que con la vejez puede empezar a deprimirse y limitar sus vínculos sociales.
El ser humano es un ser social por naturaleza, desde que nace hasta que muere. Necesita de los demás para vivir. La soledad surge, entonces, de la tendencia de todo ser humano a compartir su existencia con otros. Si esto no se logra, surgen sensaciones de estar incompleto y la desazón derivada de ello.
En la soledad el ser humano añora la fusión con otra u otras personas y desea comunicación para subsistir. La soledad se manifiesta por una sensación de vacío y de falta de algo que se necesita. Aparece cuando las personas no encuentran un otro. La vejez es uno de esos momentos en los que más fácil se puede experimentar la soledad.
Soledad y salud
La gente más sola del estudio experimentó una presión sanguínea hasta tres puntos más alta que los que estaban acompañados, lo que, según los científicos de la Universidad de Chicago autores de la investigación, sugiere que la soledad puede ser tan mala para el corazón como el exceso de peso o la falta de actividad.
El estudio efectuado a 229 hombres y mujeres del área de Chicago con edades entre 50 y 68 años aparece publicado en el número de marzo de la revista “Psychology and Aging” (Psicología y Envejecimiento).
Los resultados de la investigación se sitúan en línea con los obtenidos anteriormente por John Cacioppo, co-autor junto con Louise Hawkley del estudio recién difundido.
Cacioppo descubrió en pesquisas previas que la soledad en personas jóvenes causa problemas en los vasos sanguíneos que pueden conducir a tener la tensión alta.
El año pasado, una investigación realizada por expertos de la Universidad de Harvard vinculó la soledad en los hombres con problemas asociados con dolencias cardíacas.
Los participantes en el informe de la Universidad de Chicago recibieron un cuestionario con 20 preguntas en el que se les pidió que describiesen su grado de soledad o falta de ella.
Algo más de la mitad de los participantes se consideró moderadamente solo. El grupo solitario registró una mayor tensión sanguínea que los que se describieron como menos solos.
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En los que se definieron como muy solos, la tensión fue entre uno y tres puntos más alta que en las personas acompañadas.
Fuentes: https://fiapam.org/la-soledad-en-el-adulto-mayor/ y https://www.infobae.com/2006/03/28/246108-estar-solo-aumenta-la-tension-arterial/