La adaptación en cuatro fases
En este proceso de adaptación, no solo es clave la actitud del residente frente al cambio, sino también el papel de la familia y de los profesionales de la institución.
Casi veinte años de experiencia nos han demostrado que todas las personas terminan adaptándose. La clave es enfocarse en que el familiar residente se relaje. Una vez relajado, su ser querido encontrará la paz necesaria para sentirse cómodo consigo mismo y su entorno.
El mayor está relajado cuando acepta su condición y no reniega de ella. Con esta aceptación empieza a construir un nuevo universo de relaciones tanto con el personal como con los demás residentes. En este proceso destacamos las etapas que siguen a continuación.
El preingreso
Es el primer contacto entre el trabajador social de la residencia, el futuro residente y su familia. Este encuentro se puede dar tanto en la casa del mayor como en la residencia. La segunda opción es la mejor ya que, de esa manera, su ser querido conoce el lugar donde va a vivir. Los objetivos del profesional en este contacto inicial son: conocer al futuro residente y a su familia, ofrecer toda la información necesaria para ayudar al adulto mayor a transitar este cambio de la mejor manera posible y obtener los datos adecuados para planificar correctamente el ingreso.
El ingreso
El objetivo del primer día en la residencia es disminuir el impacto del cambio. El adulto mayor está viviendo una gran transformación en su vida, no conoce a muchos de los trabajadores de la residencia ni a los demás residentes. Por eso, es esencial el acompañamiento de la familia y del profesional que los contactó durante el preingreso.
La adaptación
La experiencia de tantos casos que hemos acompañado demuestra que, en su mayoría, en menos de 90 días la persona estará adaptada. Durante este tiempo, el nuevo residente aprende el funcionamiento de la institución y establece relaciones de convivencia con las otras personas mayores. En la misma medida, los profesionales de la institución conocen en profundidad a su nuevo residente.
La integración
Es el producto de un buen proceso de adaptación. En esta etapa, el residente considera a la residencia como su segundo hogar y crea nuevos vínculos sociales y afectivos con los demás residentes, así como con los profesionales que lo cuidan. Cuando finaliza el período de adaptación, el fisioterapeuta, el psicólogo, los enfermeros y los médicos y demás profesionales que atienden al residente, se reúnen para evaluar la integración del mayor a la residencia y su adaptación a las nuevas rutinas, con el objetivo de personalizar adecuadamente su estadía
Beneficios de una Residencia Geriátrica
Alimentación
Alimentación regular y nutritiva siguiendo recomendaciones médicas y del nutricionista.
Medicación
Medicación controlada y supervisada por un médico.
Actividades
Actividades recreativas para el desarrollo y la estimulación
Contacto social
Contacto social e interacción frecuente con otras personas
Volver a casa
Posibilidad de volver a casa o de hacer un hospedaje temporario.
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Instalaciones
Instalaciones pensadas en la seguridad del adulto mayor.
Limpieza y Cuidado
Ambientes limpios y controlados
Supervisión
Supervisión las 24 horas.