Si recientemente ayudaron a sus padres a trasladarse a una residencia, quizás la siguiente pregunta sea cada cuánto deberían visitarlo ahora en su nuevo hogar.
La frecuencia de estas visitas dependerá de las necesidades individuales de sus seres queridos, su propio horario y el tipo de residencia en la que se encuentren.
Sin embargo, como regla general, se sugiere visitarlos de dos a cuatro veces al mes. Estas visitas ofrecen numerosos beneficios, como fortalecer el vínculo familiar, mejorar su bienestar, felicidad y seguridad. En resumen, ayudan a mejorar su calidad de vida y su salud emocional, mental y social.
Las visitas frecuentes ayudan a los seres queridos a adaptarse
Es crucial que las personas mayores que se han mudado recientemente a una residencia se ajusten a una nueva dinámica social.
En lugar de vivir con su cónyuge, solos o en familia, ahora comparten su espacio con compañeros, muchos de los cuales son completamente desconocidos para ellos.
Además, es posible que deban confiar en nuevos cuidadores, lo que representa otro cambio al que deben adaptarse.
Dada esta transición hacia una nueva estructura social, es comprensible que experimenten estrés en algún momento y necesiten apoyo durante este proceso de adaptación a la residencia.
Es muy probable además, que sus padres echen de menos su hogar, se sientan abrumados por el nuevo entorno y se preocupen por no poder verlos como antes. Es fundamental para ellos entender que sus hijos aún pueden pasar tiempo con ellos a pesar de la mudanza. Además, estudios han demostrado que las visitas frecuentes también pueden ayudar a las personas mayores a prevenir problemas de salud tanto físicos como psicológicos.
Si los visitan con regularidad, es probable que mejoren su bienestar y ayuden a sus padres a adaptarse más rápidamente a su nuevo entorno social. Durante esta transición, seguramente sus padres se estén esforzándo por hacer nuevos amigos, establecer relaciones con el personal y mantener vínculos con amigos y familiares existentes.
Dediquen tiempo a ayudarlos a conectarse con otras personas y a aumentar su comodidad en su nuevo hogar compartiendo momentos de calidad juntos.
Como contracara, es válido señalar que visitar con demasiada frecuencia podría tener efectos contraproducentes. La visita constante puede interferir en el proceso de adaptación a su nuevo entorno. Como en todo aspecto de la vida, es importante hallar un equilibrio adecuado.
Las visitas mejoran el estado anímico de sus padres
La mudanza a una residencia de personas mayores puede generar una distancia física entre los padres y sus hijos que antes no existía, especialmente si compartían el mismo hogar. Debido a esta nueva separación física, visitar a sus seres queridos en su nuevo hogar puede ser una experiencia emocionante y significativa, lo que podría mejorar su estado de ánimo en general.
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Algunas residencias tienen diseñado un calendario de actividades y eventos para el ocio y entretenimiento. Estos incluyen áreas al aire libre, salones y salas de juegos, lo que ofrece a las personas mayores y a sus familias una variedad de opciones durante las visitas.
Estos espacios también desempeñan un papel crucial en la socialización con familiares y amigos. Proporcionan un entorno diferente al de la habitación de los padres, lo que evita que las visitas se vuelvan monótonas.
También existe la posibilidad de organizar un programa fuera de la residencia como por ejemplo tomar un café, una salida al cine o a un museo.
El intercambio y desarrollo de experiencias como momentos en común generan nuevas memorias y espacios.
En conclusión, la satisfacción tanto de las personas mayores como de sus familias con la residencia es un proceso en constante evolución. Ambas partes deben colaborar para garantizar una experiencia positiva. Las familias solo podrán contribuir a este proceso si visitan con la frecuencia suficiente a su ser querido mayor.
Las visitas les permiten observar cambios en las habilidades de sus padres
Visitarlos mientras participan en las rutinas de la residencia puede ofrecerles la oportunidad de detectar cualquier inquietud o cambio con anticipación.
No sólo evaluar su salud física, sino también prestar atención a su estado anímico. Podrían notar por ejemplo que sus padres parecen deprimidos, o que tienen dificultades para comer.
Durante la visita, es recomendable dedicar tiempo para comunicarles sus observaciones, lo que les permitirá discutir juntos las necesidades de atención requeridas. Es fundamental compartir estas observaciones con el personal de la residencia para que todos puedan trabajar en conjunto.
La depresión y la ansiedad son frecuentes entre las personas mayores, especialmente durante la temporada navideña. Además, los cambios de humor, la pérdida de memoria y los cambios en la personalidad pueden ser indicios de demencia que requieren atención.
Las visitas ayudan a controlar la seguridad y calidad de la atención de su ser querido
Las visitas pueden contribuir a asegurar que la atención de su ser querido sea coherente de un cuidador a otro y que se cumpla su plan de atención.
Aunque las familias no deben sentir la obligación de estar presentes todos los días para supervisar el cuidado de sus padres, estas pueden alertarles sobre señales que indiquen que el cuidado no está siendo el adecuado.
Por otro lado una buena comunicación con los cuidadores ayuda en la motivación de los mismos y aclarece malentendidos.
Siempre se espera que la residencia elegida como nuevo hogar para sus padres cumpla con las expectativas que tenían al seleccionarla.
Esto incluye aspectos como las instalaciones físicas, el personal de cuidadores y la disponibilidad de servicios y comodidades.
Lamentablemente, el maltrato a las personas mayores puede en raras ocasiones ser una realidad para algunos ancianos. No todos los tipos de abuso son evidentes de inmediato (por ejemplo, la negligencia y el abuso emocional pueden pasar desapercibidos), pero es fundamental documentar cualquier señal de abuso, por mínima que parezca, y denunciarlo de inmediato.
Las visitas les permiten estrechar relaciones con sus seres queridos
Ahora que las responsabilidades de cuidado pasaron a manos de la residencia, ustedes pueden dedicar su tiempo y energía exclusivamente a conectarse plenamente con sus seres queridos.
Aunque les lleve un tiempo adaptarse a este nuevo rol, lo ideal sería poder reestablecer ese vínculo de padre a hijo que los unía en el pasado.
Las personas mayores que valoran mucho los lazos familiares experimentan mayor bienestar y tienen una experiencia general más positiva de su nuevo entorno de vida, con visitas regulares de sus parientes.
Es muy importante para la autoestima de sus padres saber que están presentes en sus pensamientos.
Aunque se muden o atraviesen cambios en sus vidas, aprovechen las llamadas telefónicas y las videollamadas para mantenerse en contacto con su madre o su padre.
Las visitas ayudan a recordar a los adultos mayores con demencia
Es un desafío reconocer la importancia de visitar a sus padres que no los reconocen debido a la demencia. Sin embargo, hacerlo en los momentos oportunos puede ofrecerles algunos beneficios.
Aunque la interacción con alguien que padece pérdida de memoria pueda ser difícil, visitarlos en los momentos adecuados podrá permitirles conectar con ellos. Incluso si la comunicación se vuelve complicada, su estado de ánimo y su disfrute pueden mejorar.
Por ejemplo, llevarles objetos o fotografías con un significado personal puede evocar recuerdos preciados para ellos.
Una sugerencia es involucrar a sus padres en una actividad que ambos encuentren placentera. Un estudio examinó los impactos beneficiosos de la terapia de reminiscencia en hombres con demencia que disfrutaban del fútbol.
Los resultados indicaron que los pacientes experimentaban mejoras significativas en su estado de ánimo al recibir visitas de familiares, cuidadores y otros residentes interesados en discutir sobre fútbol y otros temas de interés general.
Pocas visitas pueden afectar negativamente a los adultos mayores
La ausencia de visitas puede causar sentimientos de soledad en las personas mayores, especialmente si se sienten solas o no hicieron lazos de amistad en su residencia.
También pueden comenzar a experimentar una sensación de aislamiento o incluso sentirse olvidadas por sus familias.
La soledad y el abandono son preocupaciones graves para los ancianos y pueden tener un impacto significativo en su salud mental, ya que pueden sentir que sus seres queridos ya no se preocupan por ellos.
Esta sensación de falta de conexión familiar puede afectar tanto su bienestar que algunos pueden incluso dejar de comer cuando no reciben visitas. El impacto en su salud puede llegar a niveles muy altos.
Otras formas de mantenerse conectado
Las visitas pueden ser complicadas debido a la distancia, agendas llenas y problemas de salud. En momentos en que las visitas en persona no sean posibles, tengan en cuenta que pueden mantenerse en contacto de otra forma, haciendo uso del abanico de opciones que ofrece hoy en día la virtualidad. Esto les recordará cuán significativos son para ustedes y les asegurará que están en sus pensamientos.
Las preferencias de comunicación en esta instancia dependerán de cada uno. Podrán ser correos electrónicos o mensajes de texto, chats o video llamadas a través de aplicaciones como WhatsApp, FaceTime o Zoom, o las opciones más tradicionales como llamadas telefónicas, cartas a mano o los dibujos de los nietos.
Preguntar a las residencias sobre sus políticas para visitantes.
Cada residencia aplica regulaciones específicas para proteger la seguridad y el bienestar de sus residentes. Es importante equilibrar la importancia de visitar a sus seres queridos mayores con cualquier preocupación relacionada con la salud: si no se encuentran bien, sería prudente considerar posponer la visita.
Nuestras recomendaciones:
- Realizar visitas mensuales o semanales a sus seres queridos mayores. Esto conlleva numerosos beneficios, como fortalecer los lazos familiares, elevar el ánimo y rememorar experiencias pasadas.
- La presencia de visitas ayuda en el proceso de adaptación de sus padres a la vida en una residencia para personas mayores, reduciendo el estrés y promoviendo una mejor adaptación a su nuevo entorno.
- Las visitas ofrecen la oportunidad de supervisar el bienestar de sus padres. Pasar tiempo en las instalaciones les permite observar la seguridad y la calidad de atención que reciben.
- La ausencia de visitas puede generar consecuencias adversas. Los adultos mayores que no reciben visitas de manera regular pueden sentirse solos y aislados, lo que podría impactar negativamente en su salud.
- Tampoco es aconsejable una visita constante, especialmente durante el período de adaptación ya que el residente tiene que también generar nuevos vínculos y estar abierto como con tiempo para hacerlos.
- Use sus visitas de forma positiva. Trate de ayudar a los cuidadores y a sus familiares a desarrollar vínculos, calmar ansiedades y estar amablemente sereno en su interacción con todos. La residencia debería ser su aliado en el bienestar de su familiar.