Anemia en personas mayores
Cuando la cantidad de glóbulos rojos es menor de lo que debería ser hay casi certeza de que estemos hablando de una anemia. Fatiga, debilidad, mareos, dolores de cabeza, piel pálida son signos que pueden ocurrir.
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Cuando la cantidad de glóbulos rojos es menor de lo que debería ser hay casi certeza de que estemos hablando de una anemia. Fatiga, debilidad, mareos, dolores de cabeza, piel pálida son signos que pueden ocurrir.

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Anemia en personas mayores: qué buscar y cómo tratarla

Contenido

“La enfermedad de Alzheimer y la anemia de origen inexplicable son los dos diagnósticos que se hacen con mayor frecuencia en las residencias de ancianos, con una prevalencia de aproximadamente el 45%”.  informa la Revista Internacional de Medicina (JIM.fr del 28/01/2014) *.

Varias cosas pueden causar anemia en las personas mayores, como enfermedades crónicas, deficiencia de hierro, deficiencia de vitamina B12 y sangrado.

En cualquier caso, hablamos de anemia cuando la cantidad de hemoglobina contenida es inferior al llamado valor normal, es decir, entre 12 y 16 g/dl en mujeres y entre 14 y 18 g/dl en hombres. Dependiendo del nivel de hemoglobina, la anemia se clasifica en leve, moderada a grave.

Por otra parte, los estudios han encontrado que las personas mayores anémicas tienen más probabilidades de perder capacidades físicas, experimentar deterioro funcional, ser hospitalizadas y ser admitidas en hogares de ancianos en comparación con las personas mayores sin la afección. Incluso la anemia límite puede contribuir a estos resultados de salud.

Por lo tanto, es importante que los cuidadores estén conscientes de los signos y síntomas para garantizar que se detecte y trate de manera oportuna.

¿Qué es la anemia?

Cuando alguien tiene anemia, la cantidad de glóbulos rojos en la sangre o la cantidad de hemoglobina en estas células es menor de lo que debería ser. La anemia puede ocurrir debido a una pérdida de sangre, una producción insuficiente o defectuosa de glóbulos rojos (RBC) o la destrucción de estas células. Esta condición se diagnostica midiendo la cantidad de cada uno mediante un simple análisis de sangre.

La hemoglobina es una proteína de los glóbulos rojos que transporta oxígeno a todos los tejidos del cuerpo, lo que la convierte en un componente esencial de la salud y la vida. Si el nivel de hemoglobina es inferior a 12 gramos por decilitro de sangre en una mujer, o 13,5 gramos por decilitro en un hombre, se puede decir que esa persona tiene anemia.

Signos de anemia

La vigilancia es esencial porque es posible que surjan complicaciones.

Cuando las personas mayores notan que están cansadas o un poco más débiles que antes, suelen atribuirlo al envejecimiento general. Esta suposición a veces es correcta, pero los síntomas comunes de la “vejez”, como fatiga, debilidad, mareos, zumbidos, dolores de cabeza, irritabilidad, piel pálida y dificultad para respirar, pérdida de apetito o sudores fríos, a menudo apuntan a enfermedades más graves (y tratables). Si surgen estos signos, esto indicaría que el ser querido necesita ser evaluado por un médico.

Anemia: ¿Cuándo acudir al médico?

Si existe la sospecha de que el ser querido padezca anemia se debe acudir a un médico para que lo examine. Esto es especialmente cierto si ya tiene otras enfermedades como diabetes o enfermedades cardíacas. La anemia puede debilitar aún más al paciente. Si experimenta síntomas como sangre en las heces o en la orina, o si nota sangre en el vómito, debe consultar urgentemente a un médico.

Causas de la anemia

La anemia puede ser aguda, con un inicio repentino y grave, o puede ser crónica y desarrollarse lentamente durante un largo período de tiempo. La diferencia en el inicio puede arrojar luz sobre la causa de la anemia y también ayuda a determinar qué tratamiento será más eficaz. Como expresábamos anteriormente, no siempre se puede encontrar una causa clara, pero, aun así, la anemia a menudo puede tratarse con buenos resultados.

Las dos causas más comunes son las enfermedades crónicas (como úlceras, enfermedades hepáticas o renales, hipotiroidismo, inflamación del estómago o los intestinos y cáncer) y la deficiencia de hierro. Las deficiencias de vitamina B12 o folato no son tan comunes.

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Ciertos medicamentos también pueden contribuir a la anemia. Esto es especialmente cierto para las personas mayores que normalmente toman varias recetas. Numerosos medicamentos pueden tener un efecto sinérgico y provocar que los efectos secundarios tengan un mayor impacto en el cuerpo. Ejemplos de estos medicamentos incluyen inhibidores de la ECA, bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA) y ciertos antibióticos y anticonvulsivos. Los tratamientos contra el cáncer como la radiación y la quimioterapia también pueden dañar la médula ósea, donde se crean los glóbulos rojos. 

Es útil pensar en la anemia como un síntoma de otra afección subyacente y no como la preocupación principal.

La anemia por deficiencia de hierro

Si bien son causas menos comunes de anemia en los ancianos, la deficiencia de hierro, la deficiencia de vitamina B12 y la deficiencia de folato pueden identificarse y tratarse fácilmente. Abordar los problemas nutricionales puede marcar una enorme diferencia en la forma en que una persona mayor se siente y funciona y puede prevenir la pérdida de capacidades físicas que podrían resultar en una hospitalización o ingreso en un asilo de ancianos. Se utilizan análisis de sangre simples para diagnosticar estas deficiencias y luego generalmente se recetan suplementos dietéticos.

Los niveles bajos de hierro son la causa más conocida de anemia, pero normalmente afecta a personas más jóvenes. Cuando ocurre en personas mayores, generalmente se debe a una absorción limitada de hierro en los intestinos o a una hemorragia gastrointestinal. A alguien con anemia por deficiencia de hierro se le pueden recetar suplementos de hierro, y es crucial seguir las instrucciones del médico con respecto a la suplementación. Una ingesta excesiva de hierro puede provocar vómitos, diarrea, dolor de cabeza, irritabilidad, fatiga e incluso daños cardíacos y articulares. Incluso en dosis adecuadas, los suplementos de hierro pueden causar estreñimiento, náuseas, diarrea y dolor de estómago.

Estos efectos secundarios pueden reducirse tomando las pastillas con alimentos. Los suplementos de hierro y calcio no deben tomarse juntos, ya que el calcio interfiere con la absorción del hierro. Por lo general, no se recomiendan los suplementos de hierro de liberación prolongada, porque la absorción es mejor en la parte superior del tracto digestivo. Tomar estas pastillas con un poco de jugo de naranja o junto con un suplemento de vitamina C también puede ayudar a promover la absorción. Otra solución fácil puede ser agregar más alimentos ricos en hierro a la dieta de un ser querido. Las carnes rojas, las yemas de huevo, las nueces, los mariscos, los porotos y los cereales integrales son fuentes saludables de este mineral.

Las personas mayores a veces pierden la capacidad de absorber la vitamina B12 de los alimentos. Las deficiencias de vitamina B12 pueden tratarse con suplementos orales, las inyecciones suelen ser el tratamiento más eficaz. Para aumentar la cantidad de esta vitamina en la dieta, las personas mayores deben comer carne de res, aves, pescado, hígado, ostras, almejas, leche, queso y huevos.

Las deficiencias de folato se pueden aliviar con una dieta que incluya abundantes verduras de hojas verdes crudas o ligeramente cocidas, verduras crucíferas (brócoli, coles de Bruselas y coliflor), frutas frescas, productos lácteos y cereales integrales. Un médico podría recetarle un suplemento de ácido fólico, que es una forma de folato.

Tratamientos para la anemia causada por enfermedades crónicas

Cuando la anemia es causada por una enfermedad crónica, naturalmente, lo mejor que se puede hacer es tratar la afección subyacente. Esto también se conoce como “anemia de enfermedad crónica” o ACD. Los pacientes con ACD a menudo tienen hierro y nutrientes adecuados en el cuerpo, pero no se utilizan de manera eficiente en la formación de nuevos glóbulos rojos. “Aunque se desconoce el motivo de esta alteración de la capacidad para utilizar el hierro, algunos expertos creen que es parte de la respuesta inmune del cuerpo para prevenir el crecimiento bacteriano y daños mayores. Esto es parte de por qué la suplementación con hierro no es un tratamiento eficaz para la ACD.

Las infecciones, la inflamación, los desequilibrios hormonales y las enfermedades malignas son algunas de las principales causas de la ACD. Otras condiciones también pueden ser culpables. La enfermedad renal crónica es un ejemplo específico, y existen medicamentos útiles disponibles que estimulan la médula ósea para que produzca más glóbulos rojos. Los métodos de tratamiento específicos dependen completamente de la salud general del individuo y de las condiciones comórbidas.

Existen otras formas de anemia que son menos comunes y requieren una intervención médica grave. El tratamiento puede incluir esteroides, transfusiones de sangre o incluso cirugía para extirpar un bazo agrandado o reparar vasos sanguíneos, tumores o válvulas cardíacas anormales.

Otras alternativas para tratar o aliviar los síntomas de la anemia

Homeopatía para la anemia

La anemia puede tener diferentes causas. Para tratar o aliviar los síntomas con remedios homeopáticos se deben tener en cuenta la enfermedad subyacente y los síntomas individuales.

Los siguientes remedios homeopáticos se utilizan para la anemia:

  • Hipofosforico de calcio
  • Fosfórico de calcio
  • China officinalis
  • Chininum arsenicosum
  • Chininum sulfuricum
  • Cobalto nitricum
  • Ferrum fosfórico
  • Manganum aceticum
  • Manganum sulfuricum

Acupuntura para la anemia

En la acupuntura, un procedimiento terapéutico de la medicina tradicional china, se colocan agujas en la superficie de la piel a lo largo de los llamados meridianos. El objetivo es liberar bloqueos energéticos en el organismo y equilibrar el ying y el yang en el cuerpo. Se pueden lograr efectos positivos, entre otras cosas, con una terapia complementaria para la deficiencia sanguínea causada por la deficiencia de hierro, vitamina B12 o ácido fólico.

En resumidas cuentas, la clave para lidiar con la anemia es siempre descubrir la causa raíz, cuando sea posible, y luego trabajar con un especialista médico para tratar tanto la causa como los síntomas.

Para tener en cuenta: Anemia – código ICD

En medicina, a cada enfermedad se le asigna su propio código ICD. La abreviatura ICD (inglés) significa Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados. El sistema de clasificación es reconocido a nivel mundial y es uno de los más importantes para el diagnóstico médico. Por ejemplo, las diferentes formas de anemia se registran bajo los siguientes códigos ICD: “D50-D53” para anemias alimentarias, “D55-D59” para anemias hemolíticas y “D60-D64” para anemias aplásicas y otras anemias. Introducir estos códigos suele resultar útil a la hora de buscar en Internet.

FAQ

¿Cómo se produce la anemia?

Las causas de la anemia son variadas, por ejemplo, la causa de la anemia puede ser una producción reducida o una mayor degradación de los glóbulos rojos. Asimismo, muy poca producción de hemoglobina. Por ejemplo, si se pierden glóbulos rojos (eritrocitos) debido al sangrado, esto también puede provocar anemia. En muchos casos también existe una deficiencia de vitaminas o minerales importantes, como la vitamina B12, el hierro o el ácido fólico. Además, se producen numerosas anemias como síntoma concomitante de enfermedades crónicas.

¿Cómo se puede prevenir la anemia?

Ciertas formas de anemia se pueden prevenir. Entre otras cosas, es importante llevar una dieta equilibrada con suficiente ácido fólico, procedente, por ejemplo, de judías, espárragos, espinacas, repollo o hígado. Pero la vitamina B12 también debería desempeñar un papel importante en la dieta. Se encuentra en pescado, productos lácteos, carne y huevos. Debido a la pérdida de sangre provocada por la menstruación, las mujeres deben asegurarse de consumir suficiente hierro para prevenir la deficiencia de hierro. El mineral se encuentra, por ejemplo, en las carnes rojas, los cereales integrales, las legumbres y los frutos secos. En combinación con vitamina C (por ejemplo, del jugo de limón o de naranja), los intestinos pueden absorber aún mejor los productos que contienen hierro.

¿Qué consecuencias puede tener la anemia?

Los efectos de la anemia dependen de la enfermedad subyacente. Para quienes ya padecen diabetes o enfermedades cardíacas, la anemia los debilita aún más. Si no se trata, la falta de oxígeno causada por la anemia puede provocar síntomas graves, pero también daños en órganos, incluidos el corazón o los pulmones. La anemia puede provocar síntomas como fatiga, reducción del rendimiento físico y mental, la llamada lengua en laca (lengua roja y lisa), mareos, dolores de cabeza, dificultad para respirar, palpitaciones y zumbidos en los oídos.

¿Cómo se trata la anemia?

El tratamiento de la anemia depende de su desencadenante. Por ejemplo, si hay anemia por deficiencia de hierro, los afectados primero recibirán medicamentos que contengan el mineral y luego cambiarán su dieta en consecuencia. El mismo enfoque se aplica a la anemia por falta de vitamina B12 o ácido fólico. En una forma de anemia congénita particularmente grave, como la anemia falciforme, puede ser necesario un trasplante de células madre.

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