Todas las etapas de la vida requieren de una alimentación que se adapte a las necesidades específicas de las personas y que les proporcione las cantidades adecuadas de nutrientes en la cantidad de alimento apropiado para su capacidad estomacal y para su apetito.
En las personas mayores la cuestión reviste de particular importancia puesto que a través de nuestra vida vamos adoptando determinados hábitos de alimentación que son difícilmente compatibles con nuestras actividades cotidianas, nuestro ritmo de vida, dado que el organismo van desarrolla una serie de cambios propios de la edad.Por lo general la actividad física de nuestros abuelos y abuelas es menor, puesto que sus obligaciones laborales han disminuido.
Uno de los principales problemas relacionados con la alimentación de nuestros mayores es la demanda de energía es menor, y al mismo tiempo se incrementan las necesidades de algunas vitaminas y minerales. Conforme va avanzando la edad se van presentando otra serie de trastornos que también afectan la alimentación.
Uno de los más importantes es la pérdida de la dentadura, que dificulta el consumo de alimentos de consistencia dura, por lo que se recomienda elaborar o modificar los alimentos que sean de su agrado con una textura blanda, ya sea moliéndolos o preparándolos en forma de papilla. Es necesario estar conscientes de que va a disminuir el sentido del gusto, lo que hace necesario una presentación más vistosa de los platos, la utilización de especies y saborizantes naturales para realzar el sabor de las comidas.
Todo el sistema digestivo sufre alteraciones que pueden afectar el estado de nutrición. Es importante cuidar que la alimentación no contenga sustancias irritantes y que se coma tres veces o más al día para evitar la aparición de gastritis, problema frecuente en las personas mayores.
La deshidratación es un padecimiento común ya que con la edad se debilita el mecanismo que nos indica que debemos tomar agua; ofrecerles constantemente agua, cuidar de que se ingiera unos seis vasos de agua diariamente es una medida sumamente beneficiosa.
La depresión, el aislamiento social son dos factores que pueden conducir a nuestros abuelos y abuelas a que dejen de comer y lleguen a la desnutrición, un padecimiento que debemos evitar sean vulnerables a las infecciones y a sufrir accidentes.Por ello, es de vital importancia prestarle atención a la alimentación de los mayores para mantener una calidad de vida que les permita seguir brindando a la sociedad el fruto de su experiencia y de su sabiduría.
LIC. ANA RODRIGUEZ PRADO
La alimentación en la tercera edad es un aspecto crucial para mantener una buena salud y mejorar la calidad de vida en esta etapa de la vida. A medida que las personas envejecen, sus necesidades nutricionales pueden cambiar debido a diversos factores, como cambios en el metabolismo, pérdida de masa muscular y disminución del apetito. Por lo tanto, es importante prestar especial atención a la dieta y realizar ajustes para satisfacer las necesidades nutricionales específicas de los adultos mayores.
Aquí hay algunas pautas generales para una alimentación saludable en la tercera edad:
- Dieta equilibrada: Consumir una dieta variada y equilibrada que incluya alimentos de todos los grupos principales, como frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y productos lácteos bajos en grasa. Esto proporcionará los nutrientes necesarios para mantener una buena salud.
- Hidratación: Asegurarse de mantener una buena hidratación bebiendo suficiente agua y otros líquidos durante el día. Con la edad, algunas personas pueden perder la sensación de sed, por lo que es esencial recordarles beber líquidos regularmente.
- Fibra: Incluir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y granos enteros, para mantener una función digestiva saludable y prevenir el estreñimiento, que puede ser más común en adultos mayores.
- Calcio y vitamina D: Consumir suficiente calcio y vitamina D para mantener huesos fuertes y prevenir la osteoporosis. Los productos lácteos fortificados y algunos pescados grasos son buenas fuentes de estos nutrientes.
- Proteínas: Asegurarse de obtener suficiente proteína en la dieta para mantener la masa muscular y promover una buena recuperación en caso de enfermedad o lesiones.
- Reducción de sodio y grasas saturadas: Limitar el consumo de sodio y grasas saturadas puede ayudar a mantener una presión arterial saludable y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Comidas regulares: Intentar mantener horarios regulares para las comidas y evitar saltarse comidas. Esto puede ayudar a mantener niveles de energía estables y prevenir la pérdida de peso no deseada.
- Adaptar la dieta a condiciones de salud específicas: En caso de tener alguna condición médica o enfermedad crónica, es importante adaptar la dieta para satisfacer las necesidades específicas y seguir las recomendaciones médicas.
Además de una alimentación saludable, es fundamental mantenerse activo físicamente y socialmente, y realizar controles médicos periódicos para mantener una buena salud en la tercera edad. Cada persona es única, por lo que siempre es recomendable buscar el asesoramiento de un profesional de la salud o un nutricionista para recibir recomendaciones personalizadas.